Para muchos, la palabra «buñuelos» tiene un precedente en el imperio romano: unas bolas que se amasaban directamente con los puños llamadas «puñuelos».
Otra versión sitúa el surgimiento de este dulce en el año 1090, en Málaga, España, durante la ocupación de los moros; cuentan que el rey sevillano sitió la ciudad y, ante la escases de harina, un panadero conocido como Abdelaziz ben Drisi el Jabazún decidió hacer unas tortitas de agua y harina las que una vez listas, introdujo en los calderos de aceite hirviendo que usaban para tirarlos a las tropas de asedio.
Lo cierto es que, posteriormente, este dulce se expandió por América durante la conquista española de estas tierras y adoptó los ingredientes típico de cada una de las culturas mesoamericanas hasta llegar a la enorme variedad que hoy existen pues, recetas de buñuelos, hay muchas y muy diferentes.
Buñuelos cubanos
En Cuba se preparan varios tipos de buñuelos entre los que se encuentran los de queso, de harina y los más emblemáticos: de Yuca. La yuca era la base alimentaria de los aborígenes de Cuba y el Caribe, con su harina se hacía el conocido casabe o pan de yuca, que aun por nuestros días suele encontrarse en varias regiones del país. Evidentemente es el motivo por el que los Buñuelos de Yuca sean los más característicos y los preferidos por los cubanos y suelen prepararse especialmente para Navidad y Año Nuevo.
En las recetas originales estos se preparaban con yuca, boniato y malanga amarilla pero en la actualidad, debido a la dificultad de acceder a la malanga amarilla ya no es tan común encontrarla entre sus ingredientes. Algunas personas le agregan calabaza para lograr imitar el color que la malanga amarilla le aportaba a este plato, pero en caso de usar calabaza debe ser en pequeñas cantidades pues la masa podría quedar muy suave. Aunque esta ancestral receta de buñuelos se ha modificado con el transcurso de los años, la yuca se ha mantenido como su ingrediente principal.
Otra modificación que ha sufrido la receta de Buñuelos Cubanos es agregar pequeñas cantidades de harina a la masa (eso la asemeja un poco a las antiguas recetas europeas) pues la endurecen hasta hacerla más manipulable. En Tagliamo hemos hecho pruebas con harina de yuca y el resultado es excelente.
Para reducir el uso de harina lo principal es ser cuidadosos al hervir las viandas, lo que hay que hacer por separado pues todas no requieren el mismo tiempo de cocción. Además, deben cocerse solo hasta que puedan ser atravesarlas con un tenedor o un cuchillo, pero aun cuando tengan una consistencia firme. Si las ablandamos en exceso absorberán mayor cantidad de agua y luego la masa será más suave. La yuca que no se rompe al hervir y que no nos suele servir cuando hacemos yuca con mojo es la ideal para preparar buñuelos.
Otro truco es dejar reposar la masa antes de formar los buñuelos para que endurezca un poco más. Podemos dejarla reposar a temperatura ambiente tapada con un paño limpio, pero algunos recomiendan llevarla al refrigerador envuelta en el nylon film durante al menos dos horas. Esta opción también permite hacer la masa un día y formar los buñuelos al día siguiente.
Aunque la forma característica de los Buñuelos Cubanos es un número 8 podemos darles la forma de nuestra preferencia, como lacitos o bolitas, todo depende de la creatividad del artesano.
Un último dato importante es que los buñuelos se pueden congelar, así que si preparamos muchos podemos guardarlos bien envueltos en el congelador para disfrutarlos más adelante.